Black
No le he puesto nombre todavía a este gato aún inmaduro, que pertenece a una camada de siete. Tras repartir, nos quedamos con una hembra y tres machos, más la madre. El padre, desaparecido. Llevan una vida semisalvaje. Sólo se dejan tocar mientras comen. Los machos desaparecen, gracias a Dios; las hembras son más caserillas, pero con una nos basta para mantener una población estable que nos libre de ratas. Se ha subido al caqui, en la huerta, a la que me suelen acompañar, para evitar los acosos de Dante, uno de mis perros. Son frescos y muy otoñales los colores de la foto con los líquenes haciendo juego y la enredadera pata de paloma ascendiendo.
---
Cámara:bq
Modelo:Aquaris M5
Iso:100
Exposición (v):1/60 segundos
Apertura (f):2
---
Salvador Solé Soriano