Andrea étnica (detalle)
Con este recorte del 15% del encuadre original, termino mi serie de retratos “étnicos” (al menos, por ahora). Mi intención secundaria es mostrar el grado de detalle que puede conseguirse con cámaras reflex de gama media (por ejemplo, Nikon D7100) si se sabe cómo sacarle partido a sus 24 megapixeles. Pero, en primer lugar, presento la imagen como un pequeño manifiesto contra la moda de los rostros de perfecta textura. Y, sobre todo, en contra de las ediciones tipo “piel de plástico” que se han puesto de moda. Opino que la belleza no consiste en la ausencia de imperfecciones si no en la integración de estas en una honesta aceptación de lo real (fantasías a parte) De hecho ¿Cuantas modelos de éxito son moderada o descaradamente estrábicas? Si las reconocemos como bellas y recordamos que hace quince años no lo hubiesen sido tanto, ¿por qué a los hombres no?: aun hoy, rara vez se ven modelos masculinos estrábicos. “Ojito” pues - valga la alusión - con las modas; evitemos confundir la belleza con los caprichos de una élite. Hemos acabado por comernos todo lo que nos echan, sin filtrar los “inputs” a través de nuestro criterio. Por comodidad, porque no se piensa en lo cotidiano y porque una rana vivirá en agua hirviendo si se le sube la temperatura despacito. Tras esa experiencia “globalizadora” que a nada lleva - la de comernos todo lo que se nos echa - quizás la respuesta pase por repensar el concepto de belleza, para diversificarlo. En ello radica, también, la polifonía humana, de la que tod@s somos responsables por la pequeña parte que nos toca.
Cámara Nikon D7100 con objetivo Nikkor 70-300 mms. f: 4.5-5.6, trípode, cable disparador y espejo arriba.
Iso:100
Exposición (v):1/8 de segundo.
Apertura (f):9
marta Liber